Rara costumbre la del cangrejo ermitaño
Se le va la vida buscando caparazones de otros moluscos, latas, recipientes vacíos
toda suerte de objetos cóncavos abandonadas por sus antiguos huéspedes para instalarse en ellos
Es posible que todo se deba
a una compulsión turística por la novedad
O a un síndrome de inestabilidad casi metafísica
O a simple ejercicio peripatético de quien tiene
demasiadas patas que ejercitar
demasiadas patas que ejercitar
¿O habrá algo más de fondo en todo esto?
Quizás convenga preguntar
al secreto cangrejo ermitaño que habita
en cada uno de nosotros
Ese que, sin duda, acaba de escribir este poema
Romulo Bustos Aguirre
Muy gráfico la idea del cangrejo, me tocó.
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